El
día 17 de julio de 1911 ocurrió un terrible accidente ferroviario
en la estación de Mullheim (gren ducado de Badén). En aquel sitio
se estaba construyendo un túnel subterráneo para poner en
comunicación los dos andenes y al mismo tiempo se procedía a la
reparación de la línea, que describía una ligera curva; por estas
circunstancias, los trenes debían moderar la marcha, Sin duda el
freno del expreso de Basilea-Franfort-Berlín, que es el tren
descarrilado y que corría a una velocidad de 130 kilómetros por
hora, no funcionó bien, y el convoy atravesó a toda velocidad la
curva del túnel en ccnstrucción, saliendo entonces fuera de la vía
la máquina, el ténder, el furgón de equipajes y varios vagones, de
los que unos quedaron volcados y otros llenos de astillas. Sólo
quedaron indemnes el coche correo y el restaurante. Los empleados de
la estación, ayudados por algunos soldados de infantería de
guarnición en Mullheim, organizaron inmediatamente los trabajos de
salvamento, logrando extraer de entre el montón enorme de hierros,
ocho cadáveres y numerosos heridos, de los que cuatro murieron pocos
momentos después, catorce lo estaban de mucha gravedad y veinte
tenían heridas y contusiones de menos importancia.
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