El buque Yermak

El buque «YERMAK » navegando a través del hielo

La admiración pública en Rusia fue el invento del almirante Makaroff, el buque rompehielos Yermak. No se trataba de un buque provisto de sierras y espolones gigantescos que corlan masa helada, sino de una embarcación pesada y maciza que en vez de cortar aplastaba el hielo. Su casco era convexo y ovoide, y estaba de tal suerte construido, que si quedaba sujeto entre los hielos, se levantaba sobre la superficie helada y con su propio peso la rompía en esto esto consistía el quid del problema, puesto el hielo atacado por encima ofrece mucha menos resistencia que si se le ataca horizontalmente. Sólo su proa formaba un pico puntiagudo que avanzaba osadamente para desplomarse sobre los bancos de hielo. El Yermak era movido por unas potentes hélices situadas en la popa; otra hélice colosal, colocada en la proa bastante atrás del pico antes mencionado y muy por debajo de la linea de flotación, destrozaba y dispersaba por debajo del bateo y de la capa helada los bloques que la proa rompía con su enorme peso. Tenía el buque un cinturón acorazado de una pulgada y cuarto en la linea de flotación y estaba dividido en 48 compartimentos estancos. Sus máquinas eran de triple expansión y desarrollaban una fuerza de 10.000 caballos. Considerase al Yermak bastante fuerte y de condiciones marineras bastantes para realizar una campaña periódica de primavera yendo por el cabo Norte A desobstruir los grandes ríos siberianos y a apresurar la apertura de la navegación del Obi y del Jenísei, esas arterias marítimas que hasta ahora sólo eran abordables durante dos o tres meses al año Las pruebas obtuvieron el éxito más completo y la llegada del Yermak a grada de Cronsladt, completamente helada, fué acogida con entusiastas aclamaciones: en cuanto al modo como se efectuó aquel viaje. Las siguientes palabras del capitán del buque dan idea de la facilidad con que se llevó a cabo: «Hemos navegado como sobre manteca a razón de ocho millas por hora en una travesía de l50 kilómetros que separan el mar libre de Cronstadl, y esto que en algunos puntos tenía el hielo un espesor de ocho pies. El almirante Makaroff con su invento ha resolvió un problema importantísimo que produjo una revolución en el arte de navegar por los mares del Norte, he hizo adelantar im gran paso en la conquista del Polo.

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